lunes, 24 de julio de 2017

EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL

PUBLICADO POR: http://www.allaboutgod.com
Crecimiento Espiritual - ¿Qué es?
El crecimiento espiritual es detallado en Segunda de Pedro 1:3-8: "Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por Su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo."

Entonces, el crecimiento espiritual incluye: (1) crecer en el conocimiento y comprensión de la Palabra de Dios, (2) disminuir la frecuencia y severidad del pecado, (3) crecer en la práctica de las cualidades de Cristo, y (4) crecer en la fe y confianza en Dios. Tal vez el mejor resumen del crecimiento espiritual es parecerse más a Jesucristo. En 1ra a Corintios 11:1, Pablo dice. "Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo." Jesucristo es el ejemplo supremo de lo que significa verdaderamente ser espiritual.

Crecimiento Espiritual - ¿Cómo se consigue?
Para que ocurra el crecimiento espiritual, primero necesita asegurarse que posee una vida verdaderamente espiritual a través de la fe en el Señor Jesucristo. "Y este es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en Su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida."(1ra de Juan 5:11-12). Cuando usted cree en Jesucristo, el Espíritu Santo vive dentro de usted (Juan 14:16-17) ¡y usted es una nueva criatura en Cristo! 2da a Corintios 5:17 dice: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; ¡he aquí todas son hechas nuevas!" Su vieja naturaleza, la cual está dominada por el pecado, es reemplazada con una nueva naturaleza que está bajo la influencia del Espíritu de Dios (Romanos 6-7). El crecimiento espiritual sólo puede ocurrir en una persona que conozca al Señor Jesucristo como su Salvador.

Aprender cómo crecer espiritualmente es un viaje de toda la vida, el cual ocurre cuando usted lee y aplica la Palabra de Dios en su vida. 2da de Timoteo 3:16-17 nos enseña: "Toda escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." Para que ocurra el crecimiento espiritual, debemos ser enseñados, redargüidos, corregidos, e instruidos por la Palabra de Dios. Luego, estaremos completamente equipados para toda buena obra. Esta es la esencia del crecimiento espiritual.

Otra clave del crecimiento cristiano es caminar en el Espíritu. Gálatas 5:16-18, 24-26 explica: "Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu; y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley...Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidándonos unos a otros."

Caminar en el Espíritu es permitir que Él le llene (Efesios 5:18), le controle, y le guíe. Esto se logra al escoger conscientemente, por fe, confiar en el Espíritu Santo para que lo guíe en pensamiento, palabra, y obras (Romanos 6:11-14). El no confiar en la guía del Espíritu Santo traerá como consecuencia en el creyente el no estar a la altura del llamado y posición que proporciona la salvación. Efesios 4:1 dice: "...Os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados."

Crecimiento Espiritual - ¿Cuáles son los resultados?
El crecimiento espiritual es un proceso de toda la vida, de manifestar menos y menos los hechos de la carne (Gálatas 5:19-21) y de producir más y más el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Note que es el Espíritu Santo el que produce el fruto en nosotros. Sí, debemos someternos a la guía del Espíritu, pero es el Espíritu el que produce el fruto del crecimiento espiritual en nuestras vidas. ¿Cómo luce el crecimiento espiritual? Gálatas 5:22-23 tiene la respuesta: "Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley." Si usted está volviendo más afectivo, más gozoso, más amable, más controlado, etc., entonces usted puede estar seguro que el crecimiento espiritual verdaderamente está teniendo lugar en su vida. 

Dios trabaja en diferentes personas de diferentes maneras. Algunas personas crecen rápidamente, mientras que otras crecen despacio, pero continuamente. Nuestro enfoque no debe ser el compararnos con otros, sino compararnos con la Palabra de Dios. Las Escrituras son el espejo que nos muestra cómo somos espiritualmente y que arrojan luz en las áreas que necesitan experimentar y aprender crecimiento espiritual. Santiago 1:23-25 declara: "Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Más el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace."

viernes, 21 de julio de 2017

ESPERANDO EN DIOS

PUBLICADO POR: http://www.misionvida.org
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.
Dios puso en mi corazón la idea de saber esperar. A veces he visto en el mundo personas que saben esperar mejor que los cristianos; normalmente los que se apresuran pierden, pero hay gente que está con la vista aguzada, esperando la oportunidad. Dios estuvo hablándome repetidas veces sobre “saber esperar en Él”. Hay circunstancias que no las podemos cambiar, hay personas que yo no puedo cambiar. ¿Te gustaría cambiar alguno de los que están cerca de tí? ¿Te gustaría cambiar tu jefe? ¿Te hubiera gustado nacer con ojos celestes? Hay cosas que no las podemos cambiar, ni que Dios tampoco las cambiará para darte el gusto, por ejemplo tu nariz, Dios ya te hizo así y cuando te estaba formando dijo: “Este me gustaría narigón”. No obstante hay cosas que tú no puedes cambiar pero que Dios sí las puede cambiar. Hay cosas que Dios las va a cambiar, hay cosas que Dios no las va a cambiar y hay cosas en las que tenemos que esperar en él. ¡Tenemos que aprender a esperar en Dios!

LAS FUERZAS PROVIENEN DE DIOS

Uno de los versículos que me vino a la mente es este de Isaías: “Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas…”. Hay cosas que tú haces o que has intentado hacer que te quitan las fuerzas; hay cosas que has encarado creyendo que vas a salir adelante y sin embargo han agotado todas tus fuerzas y no has podido salir adelante. Cuando te casas y tu esposo no era como pensabas y dices: “Si pudiera hacerlo pensar de otra manera”, o te casas y no te salió el príncipe azul sino que te salió “violáceo” o “moradito”, algo de azul tenía pero no tanto, entonces dices: “Yo lo aguantaría si por lo menos cambiara aquí y aquí y aquí”.
Yo no puedo cambiar a las personas, tú no puedes cambiar a las personas pero sí puedes cambiar tus actitudes, puedes cambiar muchas cosas de ti, ¡te puedes cambiar a ti mismo! Muchas veces les doy consejo a algunas mujeres: “Lo que tu puedes hacer es cambiar tus actitudes, ser más benigna, arreglarte mejor, hacerle la comida que más le gusta”, entonces la mujer viene y me dice: “Pastor, ya hice la comida que a él le gusta, ya me puse más benigna, me peiné mejor, sin embargo mi esposo sigue igual, no cambia”. A veces tu puedes hacer un montón de cosas para que él o ella cambien, sin embargo él o ella no cambia y tratando de cambiar situaciones y  circunstancias te agotas y dices como mucha gente dice: “No doy más”. Cuando ya se termina tu paciencia, se agotan tus fuerzas y dices: “No estoy dispuesto a dar un paso más, de aquí no me muevo”, en esa circunstancia es donde aparece Isaías capítulo 40 diciéndote “los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas…”. Los que esperan en Jehová no van a decir, “No doy más”.
Una de las cosas que más nos cuesta es saber esperar, tu encuentras una mamá embarazada y ya todos sabemos que son nueve meses, ella quisiera que los nueve meses se hagan seis o se hagan cuatro, pero hay cosas que no las podemos cambiar y tenemos que esperar. Dios tiene un período de gestación para cada cosa que va a hacer contigo y para cada cosa que te va a dar. Yo dije: “Vamos a poner un bosque en Beraca”, y me busqué los árboles que más rápido crezcan, los planté y dije: “Este verano vamos a tener arbolitos”. ¡¡Pero no están!! Y dije: “Señor, me desilusioné, ¿cuántos meses hace que están en la tierra? Me dijeron que en tres o cuatro años tendría un árbol”. Y cada vez que voy a Beraca los miro, les doy aliento… y me pregunto: “Señor, ¿no se te ocurrió inventar un arbolito que en nueve días dé sombra? Pero a cada cosa Dios le ha puesto un tiempo, estamos sujetos al tiempo y Dios quiere que sepamos esperar en él. ¿Le has pedido algo a Dios y todavía no lo tienes? ¿Qué le has pedido a Dios? El que no sabe esperar comienza a desesperarse. Pongámonos en el corazón del que no sabe esperar, “Se ve que no era de Dios”, comienza a dudar, “¿habré pedido bien, habré pedido mal?”; el tiempo va dilucidando si tu fe es correcta o incorrecta, el tiempo va dilucidando si es de Dios o no es de Dios. Algunos le ponen plazo a Dios: “Dios mío, si no me lo das hasta tal fecha….” Yo le puse plazo y se venció y Dios ni se inmutó. Y hay gente peor que yo que le ha dicho: “Si no me das esto no voy a creer más en ti”; me he encontrado con personas que tienen treinta años y dicen: “Cuando tenía 18 decidí no creer más en Dios porque me hizo esto y aquello”. ¿Cómo se te ocurre pelearte con Dios? Con Dios hay que saber esperar, esperar para ser renovado, dice este pasaje: “Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas…”, yo ninguna cosa la doy por muerta, por caída, por pasada, he aprendido a esperar en el Señor y muchas veces voy y le reclamo a Dios y le digo: “Señor, estoy esperando en ti, renueva mis fuerzas”. Otros le ponen un ultimátum al marido: “Si no cree en 30 días, me divorcio”, ponen límites y después quedan atados a los mismos límites que pusieron… “si no me haces esto y lo otro te voy a dejar y me voy a buscar otro” y entonces comienzan a buscar otro y no lo encuentran o comienzan a transitar por caminos escabrosos por causa de decisiones apresuradas, pero cuando tu tomas decisiones apresuradas entras en un terreno peor aún.
Las personas que se apresuran, normalmente se salen de la voluntad de Dios, el que está dentro de la voluntad de Dios está tranquilo y seguro, el que no está en la voluntad de Dios está ansioso, nervioso, desesperado, corre para arriba y para abajo. Dios quiere que tu aprendas a esperar, Dios me ha mandado a decirte que tienes que aprender a esperar, pero no esperar como quien espera que un político cumpla su promesa, no esperar como quien espera a ese patrón mentiroso que todas las veces le dice que le va a aumentar y nunca lo hace, no es esperar en una casualidad, sino esperar en Jehová.
Muchas veces no queremos esperar porque recordamos las veces que hemos esperado en personas, o hemos esperado en nuestra propia madre o en nuestro propio padre, o hemos esperado en promesas de hombres y nos han fallado, pero cuando se trata de esperar en Dios no hay que “dejar trabajar el inconsciente”; dentro del inconsciente a veces tenemos cosas que hemos ido grabando por causa de los fracasos que hemos tenido, por esperar en personas que nos han fallado, entonces Dios nos habla de esperar en él y algo dentro nuestro nos dice: “No esperes, no esperes”, ¡pero la Biblia dice que esperar en Dios es bueno!

EN DIOS ESTÁ NUESTRA PROVISIÓN

Hay cosas que tú no puedes cambiar pero el Señor te salvará, algo hará el Señor, tu no ves nada en el firmamento pero el Señor te dice: “¿Por qué no esperas en mi?” Somos propensos a ir a determinados extremos como decir: “No doy más”. ¿Cuántas veces dijiste, “No doy más”? Sin embargo aquí estás, “vivito y coleando”. ¿Qué es eso de decir “no doy más”? Esas son palabras ociosas, pero quien piensa bien dice como el apóstol Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, y este pasaje que hemos leído dice que Dios es bueno con los que esperan en él y que es bueno esperar en silencio la salvación de Jehová en vez de estar diciendo: “¡Ay! Dios mío, ¿qué voy a hacer?” Hay gente que se desespera y dice: “algo tengo que hacer”. Lo que tienes que hacer es esperar en silencio la salvación de Jehová.
Hay un pasaje de la Biblia que nos enseña que Abraham caminó tres días con su hijo, lo iba a sacrificar, Abraham iba caminando en obediencia a Dios, pero mientras, pensaba que Dios algo iba a hacer con él. Iban caminando e Isaac le dice: “Papá, tenemos el fuego, tenemos la leña, y el cordero, ¿dónde está?” Y Abraham le contesta: “Hijo, en el monte de Jehová será provisto”, y quedó una frase: “Jehová se proveerá del cordero”. Yo me imagino que Abraham iba caminando callado, no quería hablar nada, pero él en silencio estaba esperando que Dios hiciera algo, el Nuevo Testamento nos dice que quizás estaba esperando que su hijo iba a ser resucitado, pero él sabía que Dios le iba a salvar, él estaba haciendo eso en obediencia a Dios porque sabía que la salvación viene de Jehová y que algo Dios iba a hacer. Dios es el Dios de los imposibles, él puede hacer todas las cosas, no se cuál es la situación que estás viviendo, pero la salvación viene de Dios y tú no vas a lograr nada si Dios no está contigo.
Hay caminos de los que dices: “Por aquí no voy a pasar”, ¿cuántos habrán dicho, “yo nunca voy a tener cáncer”, pero un día el cáncer golpeó a la puerta? ¿Cuántas personas habrán dicho, “yo nunca voy a vivir una situación de divorcio” y cuando te das cuenta estás en trámite de divorcio? De repente aparecen circunstancias de las que dices: “Yo esto no lo voy a probar” y una vez que estás allí dentro, piensas, “¿cómo salgo de esto?” La salvación viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra, él es Dios Todopoderoso y él ha prometido que vamos a ser victoriosos en todas las cosas; el no saber esperar en Dios nos lleva a tomar decisiones apresuradas, el no saber esperar en Dios nos lleva a la duda, nos lleva a hablar de más.
Les voy a decir dos secretos, hay dos cosas fundamentales en la vida del creyente: La fe y el amor, el que no tiene fe no es creyente, el que no tiene amor no es creyente. Dice la Biblia que la fe es la certeza de lo que se espera; para tener fe hay que saber esperar, el “saber esperar” es un ingrediente de la fe, si realmente tienes fe tu tienes que saber que la fe es la certeza de lo que se espera. ¡¡Hay que esperar!! Y el amor todo lo espera. Observa lo que dice 1ª de Corintios capítulo 13, que el amor todo lo soporta, todo lo sufre y todo lo espera. De modo que si tienes fe, tienes que saber esperar y si tienes amor, tienes que saber esperar, o sea que ese ingrediente sería como la sal en la ensalada: Está bien que tenga lechuga, que tenga tomate, que tenga cebolla, pero si no tiene sal, le falta algo a la ensalada. Si tú dices que tienes fe y no sabes esperar, “tu ensalada” no sirve, y si dices que tienes amor y no sabes esperar tu amor no sirve, el saber esperar es un ingrediente de la fe y del amor. Esperar es una virtud, si tienes fe vas a recibir lo que estás esperando. Dios te va a dar las cosas que estás esperando, de Dios viene la salvación, de Dios viene la bendición.
Les voy dos versículos más: Salmo 22:4: “En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste”. Salmo 37:7: “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades”. En otras palabras, habla menos y espera más. “¿Te acuerdas Dios que ayer te lo dije? ¿Me habrás escuchado? ¿Me contestarás? ¿Habrás oído mi oración? Te lo pido de nuevo, por las dudas que no haya llegado el cartero, quizás estabas muy ocupado te lo vuelvo a pedir, no lo olvides Señor”. No le recuerdes tanto al Señor si es que tienes fe, guarda silencio ante Jehová, espera en él. A veces todos dicen: “Te va a ir mal”,  pero Dios ha puesto en tu corazón que te va a ir bien. Señor tu me diste una palabra que me iba a ir bien, pero aquí hay uno que me dice que me va a ir mal, que va ser de otra manera. ¡Si Dios te dijo que te iba a ir bien, te va a ir bien!

CONCLUSIÓN

Quizás te has alejado de Dios, afanándote y tratando de resolver tus problemas por ti mismo; o quizás, aún creyendo en Él, has vivido lejos de su cobertura… ¡Hoy es tiempo de regresar a Dios! Hoy es el momento de poner tu confianza en él. Si estás dispuesto, haz esta oración ahora mismo:
“Señor, te pido perdón porque he vivido lejos de ti. Limpia mi corazón, lávame con tu sangre preciosa. Perdóname porque he estado ansioso, he tomado decisiones apresuradas, he corrido de más, me he apresurado a hablar y no he esperado en ti, pero hoy por tu palabra confieso que mi salvación viene de ti Señor. Perfeccióname para saber esperar. No estaré ansioso por comida, ni por bebida, ni por alimento, ni por ninguna situación laboral, ni por ninguna situación familiar. Señor, tu vas a cambiar las circunstancias, pongo mis problemas en tus manos, tú eres mi Padre y en ti descanso. En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.

BENDICE AL QUE TE MALDICE

PUBLICADO: https://amaadiosgrandemente.com
Aman tomó la túnica y el caballo, y vistió a Mardoqueo y lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad, gritando delante de él: «¡Así se trata al hombre a quien el rey quiere honrar!”  Ester 6:11

Este versículo es un resumen perfecto de lo que ha estado sucediendo esta semana en nuestro estudio de Ester.
Amán piensa que el Rey lo va honrar a él sin embargo es Mardoqueo quien recibirá el favor especial del Rey. Después del peor día en la vida de Amán, él se va a su casa destruido por la vergüenza. No hay nada que pueda hacerle al hombre que más odia.
Y ¿qué pasa con Mardoqueo? Regresa a la puerta del rey. Él sigue preocupado por la amenaza contra los judíos y se regresa a ese lugar. El no dejó que el honor que se le dio a lo hiciera altivo o desocupado.
El hombre que Amán maldijo fue exaltado y bendecido, y Amán, que buscaban su propio auto exaltación fue maldecido. Quiero pasar un poco de tiempo hablando de la idea de bendecir a los que nos maldicen. El versículo de hoy para nuestra aplicación es Génesis 12: 3, ” Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo”.
Dios promete a Abram que Él luchará contra sus enemigos. Ellos serán maldecidos y los que están con Abram serán bendecidos. Él está dejando saber a Abram, en términos muy claros, que Él, el Señor, está de su lado y que a través de él bendecirá a las naciones.
Esta promesa se ​​extiende a ti y a mí también. Una y otra vez Dios le dice a Su pueblo que Él está de su lado. Él nos dice que si somos hijos de Abraham (por la fe en Cristo) seremos bendecidos (Hechos 3:25). Y en Romanos 8:31 Pablo pregunta: “Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” Es sólo a través de la sangre de Jesús que Dios puede ser por nosotros.
Si somos honestas, no siempre se siente que Dios está de nuestro lado (Salmo 73). Tenemos mucho que parece estar en contra de nosotras como gobiernos, instituciones, individuos y las circunstancias. Pero Dios que está en nosotras y por nosotras y es más fuerte que cualquier circunstancia o persona que venga contra nosotros (1 Juan 4:4).

Nuestra Respuesta

He aquí algo que es muy importante recordar. En ninguna parte se nos dice que maldigamos a aquellos que nos maldicen. Ese es el trabajo únicamente de Dios. El señor nos vindicará (Salmos 138:8)

Esta es una buena razón por la que debemos bendecir a los que nos maldicen, ya que es suficiente que Dios los maldiga.
– Matthew Henry

En su lugar, se nos dice que debemos bendecir a los que nos maldicen (Lucas 6:28). Guau, eso es un llamado muy elevado. Entonces, ¿qué significa eso?
Amar a nuestros enemigos o a la personas que están en contra de nosotras significa la búsqueda de su bien. Significa restringir nuestros sentimientos de resentimiento o de desearles enfermedad. Es deshacerse de ese deseo en nuestro corazón de devolver mal por mal.
¿Y cómo hacemos esto? Orando por ellos, hablando con bondad de ellos y a ellos, y haciendo el bien a ellos.
Aquí está la cosa; amar a nuestros enemigos, amar a las personas que nos desean mal, que nos molestan, que no nos aman y hablan mal de nosotros y nos odian, va en contra de nuestra naturaleza. No es natural para nosotros extender este tipo de gracia.

Nuestro Señor Dios debe ser un hombre piadoso para ser capaz de amar a los bribones. Yo no puedo hacerlo, y sin embargo yo soy bribón también.
– Martin Luther

Sí, somos sinvergüenzas ¡y peor! Gracias a Dios por nuestro ejemplo perfecto, Jesús. El mostró gracia y bondad a los que le escupieron en la cara, lo acusaron de todo tipo de cosas falsas, se rieron de él, lo torturaron y lo mataron.
No sólo es nuestro ejemplo es también nuestra esperanza. Yo no sé ustedes, pero esto es imposible para mí. Aunque pudiera ser amable en su cara, me debato en mi corazón. Esto no me excusa, pero hace que el sacrificio de Cristo sea aún más precioso. Él amó a sus enemigos perfectamente por nosotras, soportó acusaciones y chismes con la gracia perfecta por nosotras y murió en la cruz por todas las veces que íbamos a fracasar en bendecir a nuestros enemigos.
Hemos sido llamadas a tomar el camino de bendecir a los que nos maldicen y amar a los que están en contra de nosotras, pero nosotras no estamos llamadas a tomar este camino solas.Dios está con nosotras y por nosotras y al final nos hará justicia porque la verdad va a ganar.

Si nos ponemos de pie por lo que está bien, vamos a tener enemigos. Ellos se sienten justificados en su hostilidad. Pero Jesús dice, ámenlos de todos modos. Las personas hostiles esperan hostilidad a cambio. Jesús dice: sorpréndelos.
– Ray Ortland





viernes, 14 de julio de 2017

CRISTO Y NUESTROS PENSAMIENTOS

PUBLICADO POR: http://www.misionvida.org
Hoy, Dios te hará un “lavado cerebral” a través de la palabra que tiene preparada para ti. Hay muchos que le tienen miedo a este término. Viene a mi me
moria un programa de televisión en el que participé: hablando acerca de los chicos y las drogas, me preguntaron si nosotros le hacíamos un lavado cerebral a los que están internados en nuestros centros comunitarios, a lo que les respondí: “¿Ustedes no creen que necesitan un buen lavado de cabeza?” Hay lavados cerebrales que son malos, conllevan mala intención, pero hay lavados cerebrales que son necesarios, porque si no cambia tu cabeza, no cambia tu vida. ¡Si quieres vivir cosas nuevas tendrás que pensar y hacer cosas distintas!
¡Qué contradicción padecen los cristianos que pretenden que la vida y las circunstancias cambien pero ellos no quieren cambiar su manera de pensar! Las circunstancias y la clase de vida que tienes no cambiarán si tú no cambias tu manera de pensar. ¡Sólo si cambias tu manera de pensar vas a cambiar tu manera de actuar! La secuencia es así: los pensamientos que tengo, generan palabras, éstas son la expresión de las ideas, de los pensamientos, y las palabras y pensamientos generan acciones. Para que lleves a cabo acciones que te saquen adelante, necesitas cambiar tus pensamientos y tus palabras. ¡Nada nuevo sucederá si tú sigues creyendo lo que crees y pensando lo que piensas!
Leamos Proverbios 23:7: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. Este proverbio señala que, así como pensamos, somos. Tu personalidad, tu yo, lo que la gente puede ver de ti o conocer de ti, tiene que ver con tus pensamientos. Si realmente tus pensamientos cambian, entonces la gente observará y dirá que eres una persona cambiada, porque al cambiar los pensamientos, cambian las actitudes, y cambia la vida.
Observemos qué es lo que pasa con la vida de nuestros pensamientos. Hay muchos que no salen de su estado de pobreza y están esperando que Dios los saque de esa condición pero no saldrán mientras sigan pensando como lo están haciendo, acerca del endeudamiento por ejemplo. Quiero decir que, hay personas que están endeudadas y quieren que Dios las saque de esa condición pero lo que necesitan es cambiar su mentalidad respecto de las deudas. Las personas que están siempre endeudadas viven pidiendo préstamos, consiguiendo dinero que de alguna manera creen que podrán pagar. Te diré cómo piensan las personas que viven endeudadas: “Si solamente consigo un préstamo más, pago la deuda y salgo adelante”. ¡Viven enredados en sus pensamientos! ¿Por qué? ¡Porque sus pensamientos son de endeudamiento! Lo mismo sucede con quienes viven en pobreza, ellos tienen pensamientos de pobreza y permanecen en esta condición. No encuentran en ningún lado alguna oportunidad para prosperar, en cambio otros encuentran ocasión en cada situación. Al pastor Samuel Hoyt que recientemente nos visitó, le gusta comprar y vender relojes Rolex usados; me comentó que el año anterior vendió cuatrocientos cincuenta que llegan a costar de cuatro mil a veinte mil dólares cada uno. En una cena que compartimos tenía puesto un Rolex usado de catorce mil dólares. Él predica por las naciones pero en cada oportunidad que tiene, consigue de esos relojes y los vende.
El que tiene mentalidad de pobre le echará la culpa al presidente de la República “el Pepe”, a su esposa, al asado del Pepe, le echa la culpa a cada gobierno de turno, al país, a su abuela o su tía. ¡Le echa la culpa a cualquier cosa pero no se culpará a sí mismo por vivir en un estado de pobreza! Pero, si tú decides salir de tu estado de pobreza tendrás que cambiar tu manera de pensar.
Estuve almorzando con un empresario que en este momento está exportando loritas a Europa. Este hombre vende cuatro mil animalitos por semana a cinco dólares cada una, lo que le deja un margen de veinte mil dólares semanales. Yo me imagino a la gente del campo despotricando contra estas loritas, pero no se les ha ocurrido hacer algo con ellas. En Europa la compran a treinta o cuarenta euros cada una para tenerlas de mascota; esas mismas que aquí en nuestro país se comen los sembradíos.
Yo me preguntaba cómo las atrapaba porque son cuatro mil cotorras por semana: ¿cuántas trampas tendrá que hacer? Pero él me contó que tenía un pegamento que ponía en los alambrados, el que atraía a las cotorras. En una oportunidad se puso a conversar con un campesino y éste,  intrigado le preguntó cómo iba a cazar a esos animales, a lo que él le respondió que las atraparía con las manos. El campesino escéptico, se apoyó en una pared, encendió un cigarro y comenzó a observarlo; cuando el hombre colocó el pegamento en el alambrado, al rato las cotorras se posaron sobre éste y quedaban pegadas, así que, él iba y las sacaba con las manos. ¡Cinco dólares cada cotorra!
“¡Este gobierno de porquería que no aumenta los sueldos! ¡Los precios se van a las nubes!”, dicen muchos. ¡Pero a este hombre no le importa cuánto aumentan los precios!

            SOMOS LO QUE PENSAMOS

¿Cuánto puede valer una buena idea? Hay quienes desechan ideas de menos de quinientos mil dólares, otros desechan ideas de menos de un millón de dólares, sólo piensan en diez millones de dólares para arriba. “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”, dice la Biblia. ¡Tú eres tal como piensas!
Dios tiene un problema grande con nuestros pensamientos; nuestros pensamientos no lo dejan hacer con nosotros lo que Él quiere. Tengo una verdad que compartirte: Dios no le ha puesto límite alguno a la fe. Pero nuestros pensamientos le ponen límites a Dios y a la fe. ¿Por qué no logramos lo que Dios quiere que logremos? ¿Por qué no hacemos lo que Él dice que podemos hacer? Jesús dijo: “…si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” (Mateo 17:20). ¿Por qué no podemos? ¡Es por causa de la mentalidad de mosquito que tenemos! Si tu pensamiento no acompaña el pensamiento de Dios, jamás lograrás hacer lo que Él dice que puedes hacer.
Tendrás que entender algunas cosas. Primero: Dios tiene un litigio muy grande contigo y con tus pensamientos. ¡Él no soporta tus pensamientos! Al principio de la historia de la humanidad, cuando Adán y Eva pecaron y los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, señala la palabra de Dios en Génesis 6:5: 5Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio (intención, inclinación) de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.
¿Tú tienes buenos deseos? Entonces estás mintiendo porque la palabra de Dios sostiene que “todo designio” del pensamiento del corazón de los hombres es de continuo solamente el mal. Según este versículo bíblico, no hay un sólo pensamiento que salga de nuestra cabeza que le sirva a Dios para algo, y no solamente que no le sirve sino que también le estorba, porque se oponen a sus planes. ¡Es que Dios tiene ideas para ti mucho mejores que las tuyas! Por lo tanto este pasaje de las escrituras no deja a nadie limpio y no deja la opción de que haya alguien que tenga buenos pensamientos. Hace unos años surgió un programa de radio llamado “Malos pensamientos”. ¡El conductor de ese programa da lo que tiene en su corazón!
El versículo que leímos anteriormente expresa que los pensamientos del corazón del hombre eran “de continuo”, es decir, siempre, solamente el mal; esto significa que, cuando te sientas a pensar y piensas lo mejor que puedes, ¡solamente piensas mal!
El Salmo 94:11 expresa: “Jehová conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad”. Yo te lo traduzco a la versión popular: ¡Significa que los pensamientos de los hombres no sirven para nada! Vanidad es algo que no vale nada; tus pensamientos y los míos no valen nada. Ésta es la opinión de Dios así que no te enojes conmigo, pero tampoco te enojes con Él. ¿Tú crees quela Biblia es la palabra de Dios? Entonces este mensaje va con mucho amor para ti. ¡La palabra de Dios es la verdad!
Quiero adelantarte algo, y en lo que quiero profundizar más adelante; así como tú tienes pensamientos, Dios tiene pensamientos, así como expresas tus pensamientos en palabras, Dios también, y del mismo modo que tú tienes pensamientos que generan palabras y acciones, Dios tiene pensamientos que generan palabras y acciones.
Dios no quiere trabajar con tus pensamientos, no quiere saber nada de ellos. Me dirás: “¿Entonces para qué nos dio intelecto, para qué nos dio mente?” Quiero aclarar previamente quela Bibliahabla muy poco de la mente del hombre; cuando habla de pensamientos se refiere al corazón del hombre, o sea, a la esencia o lo más profundo del ser humano, no del área espiritual sino del alma. Por eso señala: “todo designio del pensamiento del corazón del hombre”. Entonces hace un paralelo entre la mente y el corazón. Parece ser que en la mente está el origen de las cosas que hacemos y operamos en el mundo natural, cómo traemos las cosas del mundo espiritual al mundo natural, y cómo operan las cosas del mundo espiritual en el mundo natural. Porque hay palabras que son espíritu y son vida, y tienen mucho poder. ¡Las palabras del hombre tienen mucho poder pero las palabras de Dios tienen mucho más poder! ¡Las obras del hombre son extraordinarias pero las de Dios son mucho más extraordinarias y sobrenaturales! Es importante pues, que hagamos conciencia respecto a lo que Dios quiere de nosotros.
Proverbios 19:21 expresa: 21Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá”. Aquí aparece la palabra corazón nuevamente; los pensamientos están en el corazón del hombre. Jesús dijo: “De la abundancia del corazón habla la boca”. ¿Qué es lo que habla la boca? Palabras, y ¿qué son éstas? Son la expresión de los pensamientos. El problema está en el corazón del hombre, y Jeremías dice: 9Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9). ¡Tienes que asumir lo que Dios te está diciendo! ¡O te alineas con lo que Dios piensa y dice, o te alineas con tu propio corazón! Lo que señala Proverbios 19:21 significa que todos tus pensamientos vanos van a ir a parar a la basura. No hay pensamientos del hombre que permanezcan, no hay eternidad ni poder en ellos, y sólo los pensamientos de Dios van a permanecer. Llegará un día en que todos los pensamientos de los hombres dejarán de ser, por eso Jesús nos enseñó a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. ¿Qué es la voluntad de Dios? ¡Es el deseo de Dios y tiene que ver con sus pensamientos!
Muchos pensamientos hay en el corazón de hombre pero lo único que prevalecerá es el consejo, o como señala otra traducción dela Biblia, lo único que prevalecerá es el precepto de Jehová. Precepto es la idea original de Dios. El hombre no tiene ideas originales; Dios tiene preceptos, el hombre tiene conceptos. Concepto es pensamiento concebido y precepto es, pensamiento original. ¡Tu cabeza no es original por lo tanto a Dios no le gusta!
Dios se encontró con un ejército de gente que le hace la contra, ¿quiénes son? Los que quieren salirse con las suyas, los independientes de Dios y que no toleran sus pensamientos. Ellos hablan como el conejito que criticaba al león. “¿Y por qué Dios quiere esto? ¿Por qué Dios permite que suceda tal o cual cosa?” El conejito decía: “¿Y el león qué se cree? ¿Por qué tiene que ser el rey de la selva? ¡Ya le voy a dar a ese león!” Hasta que apareció el león y le preguntó: “¿Qué estas diciendo?” Y el conejito contesta: “¡Aquí estoy hablando pavadas!”
El hombre que no reconoce su finitud  y tampoco reconoce la infinitud de Dios es un hombre vano, su existencia es vana, sus pensamientos son vanos. La Biblia señala que el hombre es como la hierba del campo que hoy está y mañana ya no, así es el hombre sin Dios, pero el Señor le ha ofrecido eternidad al hombre. No obstante, para que tú puedas vivir en la eternidad debes tener los pensamientos de Dios en tu corazón porque sus pensamientos son proyectos eternos.

            DEJEMOS NUESTROS PENSAMIENTOS Y ABRACEMOS LOS DE DIOS

Entonces, ¿qué solución le da Dios al hombre? Leemos en Isaías 55: 7 al 9: 7Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. 8Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.
De acuerdo con todo lo que vengo diciendo, el hombre debe dejar sus pensamientos, y si quiere seguir adelante con ellos, Dios le considera inicuo.
Dios te propone dejar tus pensamientos, no insistas en ellos, ¡no seas terco! ¡No te plantes en tus ideas! El Señor te dice: “Vuélvete a mi y te voy a perdonar por pensar como lo estás haciendo”. ¡Hoy Dios quiere perdonarte por pensar como piensas! Hay pensamientos del hombre que son pecados contra Dios. El Nuevo Testamento señala que nosotros éramos enemigos de Dios en nuestra mente y que Él nos rescató de nuestra vana manera de pensar la cual heredamos de nuestros padres. En el tema de la salvación y del perdón de nuestros pecados, la vida de nuestros pensamientos tiene mucho que ver: Dios tiene que tomar todos tus pensamientos, quitarlos de tu mente y lavarte la cabeza, y perdonarte por pensar lo que estabas pensando, porque has hablado y has actuado por causa de ellos. ¡Dios no acepta lo que has hecho ni lo que has hablado! Entonces, ésta es la esencia del evangelio, fíjate que la salvación y el perdón de tus pecados comienzan con la palabra arrepentimiento. Cuando Jesús comenzó a predicar el evangelio sus palabras fueron: “¡Arrepiéntanse!” El término “arrepentimiento” proviene del griego “metanoia”, que está a su vez está compuesto por dos términos: “meta”, que significa cambio, y “noia”, que es mente; o sea que arrepentimiento implica un cambio de mentalidad, de pensamientos. Si no hay arrepentimiento, si no hay un cambio en tu manera de pensar, Dios no podrá hacer nada contigo, por eso el Espíritu Santo te convence de pecado, de justicia y de juicio, te trae al arrepentimiento para que te inclines delante de Él y le digas: “Señor, no más con lo mío, que venga lo tuyo”.
Isaías 55:8 dice: 8Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová”. Dios establece una diferencia: mis pensamientos de este lado y los tuyos del otro lado. Él tiene sus pensamientos y sus caminos, y el hombre tiene sus pensamientos y caminos pero nada tienen que ver con los de Dios. Isaías continúa diciendo: 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. ¡Aquí te contesto por qué Dios te dio un intelecto, una mente! La mente o el intelecto que Dios te dio no son para procesar basura sino sus pensamientos, te la dio para que habiten en ti los pensamientos de Dios. Él te ha hecho a su imagen y semejanza. Pongamos un ejemplo: si Luis piensa y habla como Luis, hace cosas de Luis. Si tú piensas como Dios, hablas como Él y haces sus obras y saltas de un nivel inferior a un nivel superior. ¡Tiene que suceder algo en nuestras vidas! ¡Dios necesita gente que muestre su gloria y su poder! ¡Qué desafío el que Dios le da al hombre! Él te dice: “¡Quiero que pienses y hables como yo y que hagas mi obra!”
En una primera etapa, Dios desciende a la tierra para identificarse con el hombre pero lo cubre con la sangre de Jesús y lo levanta para que crezca y llegue a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Mientras los sabios y los científicos de esta tierra te están identificando con el Pitecántropos erectus y con el hombre de Neanderthal, Dios te está comparando con su hijo Jesucristo y te dice: “¡Yo te hice a mi imagen y semejanza para que seas como yo soy!” Hay científicos que piensan como monos pero están en desventaja con ellos porque éstos tienen flor de cola para colgarse de los árboles y ellos no.
Tenemos una guerra muy grande en nuestra mente, en nuestro corazón; éste es un territorio que satanás quiere conquistar y el Espíritu Santo está luchando en este momento para que le abras las puertas a Él y eches fuera todo espíritu extraño de tu mente y de tu corazón.
2ª Corintios 10: 4 y 5 dice: 4porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…”
¡Tus pensamientos no tienen poder, no espantan a ningún demonio, no pueden producir un solo milagro ni una sola obra sobrenatural, en cambio puedes utilizar los pensamientos de Dios como un arma poderosa! ¡Puedes hacer cosas extraordinarias a través de ellos! Los pensamientos de Dios fueron los que hicieron que Él hable y la tierra y el cielo produzcan. Dios habló y creó los cielos y la tierra, los demás planetas y las estrellas. Así que nuestras armas son poderosas en Dios para destrucción de fortalezas. ¿Qué fortalezas? “…derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios…” dice el pasaje de 2ª Corintios 10:5 que acabamos de leer. Se trata de fortalezas en la mente, en el corazón, cosas que están dentro de nosotros, que resisten los pensamientos y las ideas de Dios, que resisten su palabra. Tú me dirás que no es así, pero yo te digo que sí es así: ¡Tú resistes la palabra de Dios!
“…y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…”, continúa diciendo el mismo pasaje. Recordemos que todos los designios de los pensamientos del corazón de todos los hombres eran de continuo el mal; ahora viene Cristo y señala el Nuevo Testamento que debemos llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo. Es momento de decirle a Dios: “Señor, toma todos mis pensamientos, yo me arrepiento de pensar como pienso.”
¿Has visto a esos cristianos que están como en una fortaleza? Nunca logran nada pero no le puedes decir qué es lo que tienen que hacer porque ellos saben todo. ¡Están encasillados!
Las armas de nuestra milicia son poderosas en Dios para destruir fortalezas, derribando argumentos y toda altivez. ¿Qué está haciendo Dios en este momento mientras te habla? ¡Está derribando conceptos e ideas que tú tienes! ¡Él quiere derribar tus pensamientos! ¡Quiere destruir tus estructuras mentales! Dios tiene cosas que decirte para que las pongas en tu corazón, que realmente valen la pena.
El apóstol Pablo señala en 1ª de Corintios 4:6: 6Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros”.
Él nos dice que tenemos que aprender a no pensar nada más allá de lo que está escrito, ¿por qué? Porquela Bibliaes la palabra de Dios, o sea la expresión de sus pensamientos; y si yo voy a hacer la obra de Dios, entonces, no voy a hablar más allá de lo que está escrito. Es decir, yo voy a poner mi mente, mis pensamientos alineados, unidos a los pensamientos de Dios, y no voy a hablar nada que esté fuera de su palabra ni en contra de ella.

            FUIMOS SANADOS HACE 2000 AÑOS

La Bibliadice que por sus llagas fuimos nosotros curados. ¿Estás enfermo? Si es así, y así lo afirmas, piensas contra la palabra de Dios, ya que mientras tú dices que estás enfermo, la palabra de Dios declara que por sus llagas tú ya fuiste sanado.
Tú tienes ojos para ver, oídos para oír, tacto para tocar y crees que lo que tocas, hueles, ves y oyes es verdad, pero no es así. ¡Dios tiene una realidad más real que lo que puedes apreciar con tus sentidos! Si tú no lo ves no lo crees, pero Dios lo hizo todo creyendo y después lo vio. La Biblia señala que Dios hizo todo lo que se ve de lo que no se veía (Hebreos 11:3). ¡Hay que tener fe para eso! Ahora, nosotros tenemos tacto, vista, oído y decimos: “Ver para creer”. ¡De ninguna manera! ¡Esa declaración es contra Dios!La Biblianos dice: “Cree y verás la gloria de Dios” (Juan 11:40). ¡Si la palabra de Dios declara que Él llevó nuestras enfermedades en el madero yo tengo que confesar que Jesús llevó mis enfermedades en el madero! Si Él afirma que por sus llagas fuimos curados, yo tengo que decir: “Diablo inmundo, yo ya fui curado hace dos mil años en la cruz del calvario”. El diablo se te va a reír, también el médico y tus parientes, pero tú tienes que alinear tus pensamientos al pensamiento de Dios. Lo que Él hizo hace dos mil años está hecho y yo solamente veré la bendición de Dios sobre mi vida si me alineo a su verdad, de lo contrario permaneceré enfermo.
¿Crees que te sanarás hoy? ¡Tú no te sanarás hoy porque ya fuiste sanado hace dos mil años en la cruz del calvario! ¿Te das cuenta que piensas diferente a Dios?  ¿Te das cuenta que piensas contra la verdad de Dios?
Yo sufrí de gastritis por muchos años. Vine de una iglesia bautista donde no creíamos mucho en los milagros; nos enseñaron desde niños que ahora, con el avance de la ciencia ya no hacen falta los milagros. Argumentábamos que en la época de Cristo hacían falta muchos milagros porque no había tecnología que pudiera diagnosticar alguna enfermedad pero ahora, la medicina ha resuelto muchas cosas por lo tanto estábamos equivocados en nuestras creencias. Los más valientes orábamos: “Señor, si es tu voluntad, que se sane”. ¡Es que no sabíamos cual era la voluntad de Dios! ¡Nunca podíamos tener una total certeza!
En una oportunidad estuve discutiendo con un amigo acerca de si Dios sanaba o no en esta época; yo ya me había afirmado en la palabra de Dios que nos deja ver que hacen falta milagros y que Jesús sana hoy en día. Mi amigo me argumentaba que no era así y estuvimos toda una tarde discutiendo. Luego nos fuimos a una campaña evangelística con un predicador Pentecostal re gritón. ¡Me daba vergüenza! Para colmo, la campaña era al aire libre, en el Obelisco de Buenos Aires. ¡El hombre se subió a un palco con un traje blanco que se podía divisar a tres leguas! Él predicó el evangelio, señaló que Dios sanaba, etc. y cuando terminó hizo un llamado para que la gente que estaba enferma pasara al frente a recibir sanidad de parte de Dios. Nosotros mirábamos expectantes, entonces mi amigo me da un codazo y me dice: “¿Por qué no pasas al frente ya que declaras que Dios hace sanidades?” Yo le respondo: “Pero lo que yo tengo no es nada…” ¿Qué no es nada? ¡Vivía tomando yuyos para aliviar el dolor que sentía! Yo no podía tomar mate ni comer salsa, realmente sufría mucho. Recuerdo las veces que dirigí el coro en la ciudad de San Juan y muchas veces tuve que detener el ensayo por causa del dolor.
Mi amigo me insistía para que pasara adelante y yo le aseguraba que no era gran cosa lo mío. Es que sentía mucha vergüenza y no me animaba a pasar, pero le había discutido toda una tarde a mi amigo que efectivamente Dios sanaba así que me animé; pero no fui hasta adelante sino que avancé un poco del lugar donde me encontraba y le dije a Dios: “Me da mucha vergüenza, si tú me vas a sanar, hazlo aquí donde estoy”. ¡Hice un acto de fe y caminé tres pasos! Yo estaba bien atrás, así que con los tres pasos que di igualmente quedé atrás. El pastor oró por los enfermos y pasado un rato terminó el servicio; se me acerca mi amigo y codeándome me pregunta: “¿Y? ¿Te sanaste?” Yo no estaba seguro porque no me había dolido nada antes del mensaje ni después tampoco. ¿Cómo podemos saber si estás sano o no?, me pregunta mi amigo. Y le dije: “La única manera de saber si estoy sano o no es ir y comer cualquier cosa de las que no puedo comer, como una parrilla con mollejas, chinchulines, y vino tinto…” Él saca la tarjeta de crédito y me dice: “¡Yo pago!” Había cerca del lugar del evento una parrillada famosa que además del asado nos daban unos pimientos picantes que yo no podía ni probar por causa de la gastritis. ¡Ese día yo comí todo lo que no podía! Cuando terminamos de cenar, no sentía ni ardor en mi estómago, ni dolor, nada, me maravillé y dije: “¡Todo lo que he comido y estoy bien!”
Mi amigo me preguntó si me había sanado y le respondí que parecía que sí… Me despido de él y me dirijo a mi casa; ya era de madrugada, iba en el ómnibus y no sentía nada así que de contento silbaba bajito. ¡Antes de llegar a mi casa llegué a la conclusión de que Dios me había sanado! Desperté a mi esposa y le di la gran noticia: “¡Mami, el Señor me ha sanado!” Y ella me responde: “Bueno, bueno, dormite…” A la mañana siguiente me despierto y no me dolía nada, ¡yo estaba feliz!
Mi hermano que es médico me explicó acerca de la gastritis y me habló de unas pastillas que es necesario tomar durante tres meses, que es el tiempo en que tardan en reconstituirse las paredes del esófago, así como también de la necesidad de no comer nada que hiera la zona -porque es como la piel del bebé- durante ese período; cualquier cosa ácida o caliente vuelve a herir la piel que se está formando. Entonces me tenía chupando unas pastillas, mañana, tarde y noche, y me explicó que si no lo hacía y no comía cada tanto, la zona se afectaba nuevamente y habría que comenzar de nuevo el tratamiento: chupar por tres meses más las pastillas. ¡Esa noche me había tomado el vino, comí catalanes, chorizos, todo, y no me dolía nada!
Luego de este suceso, fuimos con mi esposa a un encuentro de matrimonios en la cuidad de Córdoba, y en ese ambiente me costaba declarar que Dios había hecho un milagro en mi vida pero decidí que no lo iba a negar, así que comencé a contar mi experiencia de sanidad. Se lo conté a varias personas con un entusiasmo tremendo: como si hubiese descubierto algo nuevo para mí. ¡Dios me había sanado!
Cuando fuimos a almorzar, mientras estábamos haciendo la fila, esperando que nos den la comida, comenzó a dolerme nuevamente el estómago; creo que en ese momento palidecí, ¡me vino todo el dolor encima! Dentro de mí, dije: “¿Señor, qué es esto? Si no me sanaste, ¿por qué permitiste que les contara esto a mis amigos? ¿Ahora qué les voy a decir, que estoy enfermo de nuevo?” Un amigo me vio mal y me preguntó qué me pasaba; yo no sabía qué decir, así que argumenté que estaba un poco descompuesto, pero la pura verdad es que estaba bien dolorido. ¡No iba a poder comer! Así que pedí disculpas y me fui a donde estábamos hospedados, cerré la puerta, me tiré al piso y dije: “¿Señor, qué está pasando? ¿Por qué me haces esto justo ahora que he dado testimonio?” Estaba orando y en un momento se me hizo la luz y me di cuenta que satanás estaba intentando robarme la sanidad que Jesús me había dado, así que comencé a decirle al diablo: “¡Inmundo, yo no te creo a ti, yo le creo a Jesús! ¡Yo he sido sanado por Dios y tú no me vas a robar mi sanidad! ¡Este dolor que estoy sintiendo no es de la enfermedad sino un dolor mentiroso, yo no lo creo así que te vas de mí, diablo inmundo!” ¡Comencé a reprenderlo y echarlo fuera de mi vida, y en unos pocos minutos se fue el dolor!
¡Tú no estás enfermo! ¡Cristo llevó tus enfermedades en la cruz del calvario hace dos mil años! Habrá que educar la mente para hablar lo que Dios declara, no lo que yo veo ni lo que siento. Yo sentía toda la enfermedad en mí, pero era un dolor mentiroso que satanás me había inducido. Yo arrebaté la sanidad de Jesús así que el dolor se fue y nunca más regresó.

            TIEMPO DE HACER MILAGROS EXTRAORDINARIOS

            ¿Cuántas cosas hay que tú ves desde tu perspectiva humana y no desde la perspectiva de Dios? No alinearte a los pensamientos de Dios es fatal porque te mantiene en el nivel del fracaso y en la falta de milagros y de poder. ¡Cristo dijo cosas tremendas que no estamos viviendo! Dijo Jesús: 23Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho” (Marcos 11:23).
¿Tú le crees a Jesús? ¿Tienes fe? No dice que, cualquier sacerdote o pastor o profeta, sino cualquier persona y eso te incluye a ti. Si crees que te será hecho lo que dices, lo que digas te será hecho. ¡Cuánto nos falta para alinearnos al pensamiento de Dios!
Le ordeno al tumor de cáncer, ¡sécate en el nombre de Jesús!
Jesús no exagera cuando dice “montes”; esto no es figurativamente, el Señor reprendió las olas y el viento y dijo: “¡Cállate y enmudece!” ¡Le habló a la tempestad y se hizo grande bonanza!
Ahora, la Bibliano dice que Jesús hace esas cosas sino que cualquiera las puede hacer. En otra oportunidad el Señor fue a comer higos de una higuera y cuando vio que no tenía frutos maldijo la higuera diciéndole: “Nunca más nazca de ti fruto”. Pasó un rato y los discípulos vieron que el árbol se había secado y se maravillaron: “¡Señor, la higuera que maldijiste se secó!” y Él respondió: “No sólo podrán hacer esto con la higuera sino que si a esta montaña le ordenan que se salga de donde está y se plante en el mar, la montaña les obedecerá”. ¡Esto es para nosotros!
Quiero ver el tiempo en que la iglesia comience a hacer milagros extraordinarios. ¡Viene ese tiempo porque hay quienes creen esto y lo van a hacer! ¡Lo vas a hacer en el nombre de Jesús! Tú le hablarás a las circunstancias y éstas van a cambiar, les darás órdenes a la miseria, a la pobreza, a las deudas y éstas saldrán de tu vida.
Siempre recuerdo cuando Dina Santamaría nos contó que su madre se había hartado de la miseria; ella siempre había orado pidiéndole a Dios que hiciera algo y nunca pasaba nada. ¿Entiendes que muchas cosas que le pedimos a Dios que haga, quiere que las hagamos nosotros? Para eso nos ha dado su palabra, para que hablemos como Él habla y hagamos como Él hace. ¡Él quiere ver en tu vida su gloria y también quiere que la gente la vea! ¡Le hablarás a las circunstancias y éstas cambiarán!
La madre de Dina Santamaría, un día se reveló, tomó una escoba y comenzó a barrer su casa ordenándole en voz alta al espíritu de miseria: “¡Te vas de mi casa!” Barrió y barrió hacia fuera echando el espíritu de miseria, ¡y se fue!
Cuando yo le hablé a Marta para pedirle que se casara conmigo, ella acababa de ponerse de novia con otro y me dijo que ya estaba de novia. Yo llevaba varios meses pensando cómo decláramele; cuando por fin me decidí, ella se había ido de vacaciones y estuvo varios días fuera. ¡Justo cuando iba a declarármele se fue de vacaciones! En realidad no se fue de vacaciones, mi cuñado había arreglado todo para que ella se viera con el otro muchacho, así que se la llevó a mil quinientos kilómetros de San Juan. Pero no me importó, decidí que apenas llegara me le iba a declarar. Al fin de semana siguiente de haber regresado, salimos y yo le declaré mi amor, pero ella me dijo que ya se había puesto de novia y que nunca se casaría conmigo.
Yo era maestro de escuela dominical de un grupo de adolescentes y ellos un sábado a la noche me vieron con Marta caminando juntitos, despacito. Al día siguiente yo tenía que dar la lección de la escuela dominical y los chicos me preguntaban: “¿Y maestro, cómo le fue anoche?” Yo decía: “¡Trágame tierra!” ¡No sabía dónde meterme!
Al tiempo me enteré que Marta le había dicho a su hermano de mí: “Yo con ese negro ruliento no me caso”. ¡Me fui a mi casa destruido! Y le pedía al Señor que me explicara qué estaba pasando. ¿Por qué yo tenía que estar viviendo eso? ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? Le suplicaba que me diera una palabra y usando el método del “dedímetro” señalé un versículo que está en Mateo 21:22: “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. Así que me arrodillé y oré: “¡Padre te la pido, te la pido, te la pido, dámela!” Oré y oré… entonces al tiempo fui nuevamente, le declaré mi amor y le pedí que fuera mi esposa. “Pero si te dije que no me iba a casar contigo”, me respondió ella. ¡Se me vino todo abajo! Volví a mi casa y dije: “¡Señor te equivocaste de versículo! ¿Qué hiciste? ¡Dime algo que me consuele!” Usando el método del dedímetro de nuevo, Dios volvió a darme Mateo 21:22. “Ella me dice que no y tú me dices que sí. ¿Qué hago Dios? ¡Está de novia con otro, Señor! Pero como me diste esta palabra, voy a orar: “Padre, dámela”. Así viví dos años, pidiéndole a Dios, y Él me daba versículos bíblicos que afirmaban mi fe. El que más me salía era Mateo 21:22, pero también me dio otro pasaje de la Biblia que dice: 18 Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, 19 Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre” (Proverbios 5:18 y 19). Me salía dos por tres, pero yo tirado en la cama clamaba: “¡Dios, ésta no me quiere acariciar!”
Las evidencias de los cinco sentidos me decían: “Ésta nunca va a ser tuya”, pero Dios me llevaba a alinearme con su palabra, me decía que siguiera orando y así lo hice. Y cuando estaba seguro de que Dios ya me iba a contestar apareció el hermano y me dijo: “¡Se casa el 21 de Diciembre!” El asunto es que tenía fecha para casarse con su novio, tenía heladera, cocina, etc. para casarse y yo sufriendo, pero Dios no me permitía soltar ese versículo. ¡Me encantan las cosas que hace Dios! ¡Me casé con Marta, y me quedé con la heladera y con la cocina del otro!

            CONCLUSIÓN

El punto es que Dios no quiere que seas Juancito o Pedrito, Él quiere que seas su hijo y por ser su hijo, Él ha enviado su palabra a tu corazón para que tú la declares, para que tu mente esté alineada con su mente y así poder hablar lo que Dios habla y hacer lo que Él hace. ¡Cosas sobrenaturales, poderosas, milagrosas! ¿Para qué? Para que así como es Dios tú seas, de acuerdo a lo que declara en Mateo 5:48: 48Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. ¡Dios quiere que yo sea como Él es! Y señala también la Biblia: “…como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos…” (1ª Pedro 1:15). ¡Como Él es, quiere que seamos nosotros!
¿Realmente quieres seguir como has sido hasta ahora o quieres ser como Dios es?
Señor, si sigo pensando como pienso, seguiré siendo yo pero si logro pensar como tú piensas, seré como tú. Muchos creerán que estoy hablando de más pero no es así porque yo hablo conforme a la palabra de Dios. “Los que creen en mi harán las obras que yo hago” dice el Señor. “Pondrán sus manos sobre los enfermos y éstos sanarán, echarán fuera demonios y si bebieren cosas mortíferas no les hará daño”. ¿Puedes creer? ¡Dios quiere obrar un cambio grande en nuestras vidas! ¡Alabado sea Dios!
Si has creído, esa enfermedad que está atacando tu cuerpo desaparecerá porque Cristo se la llevó a la cruz del calvario hace dos mil años. Tienes que decirle a Satanás, a los demonios y al infierno: “Diablo, me has estado mintiendo, esta enfermedad es una mentira tuya, Cristo cargó con mis dolencias en la cruz del calvario. ¡Por sus llagas fuimos nosotros curados!” ¡Entonces serás sano en esta misma hora!
Sea destruida toda verdad del hombre, Padre. Dice tu palabra: Sea todo hombre mentiroso, mas sea Dios veraz. Si tu mente te atormenta con dudas, con temores, tienes que saber que esas cosas no las ha puesto Dios. Cristo murió en la cruz del calvario para llevarse cautivo todo pensamiento que te amarga, que te entristece, que te frustra. ¡Todo odio y todo resentimiento, Jesucristo se lo lleva hoy de tu vida! La vergüenza, la timidez y toda maldición se la llevó Cristo en la cruz.
“Derrama fe sobre las vidas Señor, bendice cada vida, glorifícate en esta hora, te lo pido en el nombre de Jesús. ¡Hay poder en ti, Señor! En el nombre de Jesús echo fuera todo poder del enemigo, toda mentira y engaño del enemigo. ¡Sé libre ahora en el nombre de Jesús! ¡Sé sano, sé bendito, recibe paz en el nombre de Jesús! A ti Señor te damos toda gloria, amén”.

lunes, 10 de julio de 2017

EL AMOR SE HA ENFRIADO

Publicado por: http://destelao.com
Cuando veo las personas discutir sobre la serie final del beisbol, me hace sentir bien al ver como se reúnen de manera armoniosa  y debo confesar que hasta me da cierta nostalgia y recuerdo esos tiempos cuando  era frecuente encontrar en casas de amigos y en lugares recreados para tales fines jóvenes discutiendo sobre distintos temas de interés nacional.
Veíamos una sociedad preocupada por las distintas situaciones del país y el mundo e involucrada en búsqueda de soluciones y en dar aportes significativos para la solución de las mismas.
El tiempo ha pasado, y vivimos en un mundo más integrado, en el cual lo que acontece en un país es conocido en segundos en el mundo entero, sin embargo, cabe destacar desde nuestro humilde punto de ver las cosas que en estos tiempos ha habido una inversión de valores, en los cuales lo que antes era de interés para los jóvenes hoy día parece no importarles, y tanto ellos como la sociedad mas adulta se preocupan más por sus propios intereses, de manera que hay una frialdad en el corazón del hombre que lo ha segado para no ver los problemas de los demás a su alrededor .
La verdad es que esto no debe sorprendernos, siempre que estemos fundamentados en lo que dice la Biblia en  Mateo 24:12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

Pero el amor de muchos se ha enfriado porque  el hombre se ha apartado  de Dios y de los principios Bíblicos, y esto ha dado paso a la codicia, la envidia, el orgullo,  la ambición, la homosexualidad, la fornicación y a otros pecados que destruyen el alma y la vida, lamentablemente la sociedad  está viendo esto como normar y aquellos que a veces nos atrevemos a referirnos sobre esos temas corremos el riesgo de ser enfrentados por los que entienden que el hombre tiene derecho a hacer lo que más le convenga, sin importar lo que Dios dice en su palabra y si afecta o no a los demás.  
Debo decir, que no todo está perdido, para  formar en valores es preciso ir en contra de la filosofía de este mundo, en el que a lo malo le llaman bueno y a lo bueno le llaman malo, debemos basar  la crianza  de nuestros hijos en Dios y su Palabra, hay que seguir a Dios antes que a los hombres, tal como la Biblia lo dice en Hechos 5:29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

jueves, 6 de julio de 2017

LA VERDADERA AMISTAD

 PUBLICADO POR: http://blogdecristo.com
La verdad, «más valen dos que uno», porque sacan más provecho de lo que hacen. Además, si uno de ellos se tropieza, el otro puede levantarlo. Pero ¡pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a levantarse! (Eclesiastés 4:9-10)

Se define “Amistad” como el afecto personal, sin mancha y desinteresado hacia una persona que nace, se fortalece y se mantiene fuerte con el trato frecuente.
Amigo es aquel que ofrece su amistad, me explico, amigo es aquel que demuestra con hechos cuanto realmente ama y le importa una persona. Pero, hoy en día se le da un mal uso a este termino, dándole un grado de menor importancia o tomándolo a la ligera.
Un ejemplo claro es el “Facebook”, viene una persona y te manda una solicitud de amistad, la cual tu la “aceptas” y ya rápidamente eres declarado “su amigo”, cuando en realidad ni la conoces mucho, o incluso pueda ser que nunca llegas a interactuar con ella, pero aún así sigues siendo su “amigo” en la mente.
También puede que conozcas a alguien pero si no lo tienes agregado en tu perfil, no es tu amigo de verdad. En ocasiones pasa que te peleas o te enojas con tu amigo, y ya con borrarlo de la red social das a simbolizar que “Ya no son nada”. Este tipo de pensamientos son muy reales actualmente.
Ahora bien pongámonos desde la perspectiva personal, existen personas que al principio se conocen, se llevan muy bien y al cabo de 2 semanas o menos, tal vez porque tienen algo en común o porque uno le dio algún consejo bueno al otro ya se dicen “TKM”, “Te amo”,“Eres mi mejor amigo” etc. Pero al mes se terminan olvidando el uno del otro. (Esto muchas veces pasa).
Pensemos.. eso será una amistad real? Y si es así, será como Dios la describe en la Biblia? Analicemos algunos puntos sobre la amistad verdadera:

1. Amistad= Amor:

Cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo. (Mateo 22:39)
La base con la cual se fundamenta la amistad es el amor, sino se quiere a la persona de corazón, como se quiere a si mismo, no será una amistad verdadera. Si amamos a Dios, con ese amor que él nos ha dado debemos querer a nuestros amigos.

2. La Amistad no se dice, se demuestra:

El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano. (Proverbios 18:24)
Como lo mencionaba anteriormente, muchas personas hoy en día dicen llamarse “amigos” pero solo de titulo.
La verdadera amistad se demuestra con hechos. Entre mas amor demos, mas unidos seremos con nuestros amigos.

3. La Amistad es estar en las buenas y en las malas:

En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia. (Proverbios 17:17)
Tenemos que ser amigos en todo tiempo. La verdadera amistad se prueba ante las dificultades y los problemas. Son amigos fieles aquellos que permanecen antes, durante y después de las tribulaciones.

4. La Amistad es actuar y hablar con la verdad:

Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece. (Proverbios 27:6)
Los verdaderos amigos son transparentes y siempre nos dirán la verdad, haciéndonos ver nuestras fallas con amor o amonestándonos cuando actuamos mal aunque nos duela, pero todo será para nuestro bien.

5. La Amistad es querer a alguien imperfecto:

No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo! (Romanos 3:12b)
El punto es, que debido a que todos somos pecadores, todos le vamos a fallar a Dios y a las personas. Por eso debemos de grabarnos en la mente “La Gracia de Dios”, que es amar a alguien sin merecerlo.. Así como Dios nos amó de manera inmerecida en la cruz a pesar de ser malas personas, debemos amar a nuestros amigos y enemigos por igual.

6. La Amistad no es para siempre, Dios si:

Si alguno de ustedes quiere ser mi discípulo, tendrá que amarme más que a su padre o a su madre, más que a su esposa o a sus hijos, y más que a sus hermanos o a sus hermanas.
Ustedes no pueden seguirme, a menos que me amen más que a su propia vida. (Lucas 14:6)
Los amigos no son eternos en esta vida, ya que a medida pasa el tiempo muchos de ellos se apartan de nuestro camino, por eso Dios nos pide que lo amemos más a él que a las personas, pues aunque pasen los años El siempre será nuestro amigo fiel.

Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. (Juan 15:13)
No hay mejor modelo de amistad que Cristo. Él amaba a los pecadores, le decía la verdad a los que estaban equivocados, le demostraba a la gente con su servicio cuanto realmente les importaba y a pesar de que sabia que lo iban a despreciar los amo hasta el fin.
Jesús fue traicionado por Judas que era uno de sus mejores amigos, fue negado también por su amigo Pedro 3 veces mientras era castigado y durante su crucifixión casi todos sus discípulos lo abandonaron, a pesar de todo él siempre creyó en ellos, amándolos grandemente. ¿Que ejemplo de amistad no crees?
Para finalizar podemos definir que la  “Amistad” según la Biblia es la demostración de un amor transparente en todo tiempo a través de hechos hacía alguien imperfecto, que se alimenta de mantenimiento por medio de los principios bíblicos.
Reto: Los verdaderos amigos son los que aman a Cristo. Ama a tus amigos de la misma forma que Cristo te ama a ti.
Dios te bendiga!!

martes, 4 de julio de 2017

EL DINERO NO TE HACE FELIZ



“PODEROSO caballero es don Dinero.” Este refrán tiene algo de cierto. El dinero permite adquirir comida y ropa; con él pagamos el alquiler o compramos una casa. “El papel del dinero en la sociedad es muy importante —escribió el director de un periódico financiero—. Si desapareciera como medio para conseguir bienes, la gente entraría en pánico y por todas partes se desatarían guerras en cuestión de días.”
Pero el dinero tiene sus limitaciones. El poeta noruego Arne Garborg escribió: “Puedes comprar comida, pero no el apetito; puedes comprar medicinas, pero no la salud; camas cómodas, pero no el sueño; libros, pero no la inteligencia; diversión, pero no el placer; conocidos, pero no la verdadera amistad; sirvientes, pero no la fidelidad, puedes comprar días tranquilos, pero no puedes comprar la paz”.

Cuando una persona tiene una opinión realista del dinero, es decir, lo ve como un medio para alcanzar un fin y no como un fin en sí mismo, puede sentirse satisfecho. La Biblia advierte: “El amor al dinero es raíz de toda clase de males; y hay quienes, por codicia, se han desviado de la fe y se han causado terribles sufrimientos” (1 Timoteo 6:10, Dios Habla Hoy, 1994 [DHH]).
Cabe notar que es el amor al dinero, y no el dinero en sí, lo que causa sufrimiento. La obsesión por el dinero puede separar amigos y familiares. Veamos algunos ejemplos.

 Daniel: “Siempre pensé que mi amigo Tomás era una persona buena y honrada. Nunca habíamos tenido ningún problema, hasta que compró mi auto. Que yo supiera, el auto no tenía ningún desperfecto. Tomás firmó el contrato, aceptándolo tal y como estaba. Tres meses más tarde, el auto se averió. Tomás se sintió engañado e insistió muy enojado en que le devolviera el dinero. ¡Yo no podía creerlo! Cuando intenté hablar con él, se puso agresivo, se convirtió en otra persona. El dinero dañó nuestra amistad”.
Clara: “Sonia es mi única hermana. Siempre nos llevamos muy bien, por eso nunca me imaginé que el dinero pudiera interponerse entre nosotras. Cuando mis padres murieron, nos dejaron una pequeña herencia que se debía dividir en dos partes iguales. Mi hermana no quiso respetar la decisión de mis padres y exigió más de lo que le correspondía. Como yo no estuve de acuerdo, ella se enfureció e incluso me amenazó. Hasta el día de hoy, está muy resentida conmigo”.
EL DINERO Y EL PREJUICIO
Tener un punto de vista distorsionado del dinero contribuye a los prejuicios. Por ejemplo, una persona rica quizás piense que los pobres son perezosos. O una persona pobre pudiera pensar que los ricos son unos materialistas que solo piensan en el dinero. Laura, una adolescente de una familia adinerada, sufrió prejuicios de este tipo. Ella nos cuenta lo siguiente:
Los consejos que da la Biblia sobre el tema son tan equilibrados y oportunos hoy como cuando se escribieron
“La gente me conocía como la hija de un rico. Muchas veces me hacían comentarios sarcásticos como: ‘Ay... perdona que no todos seamos ricos como tu familia y no tengamos autos lujosos’. Finalmente, les pedí a mis amigos que no me hicieran comentarios como ese. Les expliqué que sus palabras me hacían sentir mal. Quería que la gente me conociera por ser amable con los demás y no por tener dinero”.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
La Biblia no condena el dinero ni critica a los ricos. Lo importante no es cuánto tenga una persona, sino la actitud que tiene hacia el dinero y lo que puede conseguir con él. Los consejos que da la Biblia sobre el tema son tan equilibrados y oportunos hoy como cuando se escribieron. Veamos algunos ejemplos.
LA BIBLIA DICE: “No arruines tu salud por las riquezas” (Proverbios 23:4, La Palabra de Dios para Todos [PDT]).
Según el libro The Narcissism Epidemic (La epidemia del narcisismo), las personas que se empeñan en tener más y más dinero tienen “problemas emocionales y también físicos, como dolor de garganta, de espalda y de cabeza. Además, esas personas tienden a beber en exceso y a consumir drogas. Todo apunta a que el afán por las riquezas hace que la gente se sienta desdichada”.
 LA BIBLIA DICE: “Que su modo de vivir esté exento del amor al dinero, y estén contentos con las cosas presentes” (Hebreos 13:5).
La persona que está contenta con lo que tiene se preocupa también por el dinero, pero sabe que no debe preocuparse en exceso. Por ejemplo, no se agobiará si surgen problemas económicos. Más bien, tratará de tener la actitud que tuvo el apóstol Pablo: “Yo sé cómo vivir en pobreza o en abundancia. Conozco el secreto de estar feliz en todos los momentos y circunstancias: pasando hambre o estando satisfecho; teniendo mucho o teniendo poco” (Filipenses 4:12, PDT).
LA BIBLIA DICE: “El que confía en sus riquezas... él mismo caerá; pero justamente como follaje reverdecerán los justos” (Proverbios 11:28).
Según los investigadores, muchos matrimonios terminan en divorcio debido a conflictos por problemas de dinero. Las dificultades económicas han empujado a algunas personas al suicidio. Para algunos es más importante el dinero que su matrimonio o incluso que la vida misma. En cambio, quienes tienen un punto de vista equilibrado del dinero no dependen de él para ser felices. Reconocen la sabiduría que hay detrás de las palabras de Jesús: “No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz” (Lucas 12:15, Traducción en lenguaje actual [TLA]).
¿Y QUÉ HAY DE USTED?
Si nos hacemos un autoexamen, quizás veamos que necesitamos ajustar nuestra manera de ver el dinero. Por ejemplo, pudiéramos hacernos las siguientes preguntas:
  • ¿Me gustan las “oportunidades” de ganar dinero fácil?
  • ¿Me cuesta ser generoso? ¿Soy tacaño?
  • ¿Me gusta estar con gente que solo habla de dinero y de todo lo que tienen?
  • ¿Recurro a la mentira o al engaño para ganar más?
  • ¿Me siento importante cuando tengo dinero?
  • ¿Estoy pensando todo el tiempo en cuestiones monetarias?
  • ¿Está perjudicando a mi familia y mi salud la manera en que veo el dinero?
Sea generoso y comparta lo que tiene
Si su respuesta ha sido afirmativa a cualquiera de estas preguntas, trate de no soñar con el dinero y de resistir las tentaciones. Aléjese de la gente a la que solo le interesan el dinero y las riquezas. Busque la compañía de aquellos que le dan más importancia a otros valores.
Nunca permita que el amor por el dinero eche raíces en su corazón. Más bien, dele al dinero el lugar que le corresponde y ponga siempre en primer lugar a la familia, los amigos, y también cuide su salud física y mental. Si hace esto, demostrará que tiene una forma equilibrada de ver el dinero.

LA FAMILIA VALE MÁS QUE EL DINERO
“Hace poco mi padre cambió su testamento y a mí me dejó mucho menos que a mis hermanos. Hablamos al respecto, y entendí sus razones. Estuve de acuerdo con su decisión. Nunca permitiré que cosas como el dinero dividan a mi familia.” (Josué, de 55 años)
EL DINERO Y EL FAVORITISMO
“Al pobre lo desprecian hasta sus compañeros, pero el rico tiene muchos amigos.” (Proverbios 14:20, Versión Israelita Nazarena)
Como dice este versículo, nuestra actitud hacia el dinero influye en nuestra forma de tratar a la gente. Por ejemplo, quizás menospreciemos a los pobres, de los que no podemos sacar ventaja. O tal vez halaguemos a los ricos y nos hagamos sus amigos para ver qué podemos conseguir.
La Biblia condena a quienes muestran favoritismo, ya sea despreciando al humilde o halagando al rico (Judas 16; Isaías 10:1, 2). Propóngase ver y tratar a todos de la misma manera.
CONSEJOS SABIOS DE LA BIBLIA
La Biblia reconoce:
·         “El dinero es para una protección” (ECLESIASTÉS 7:12).
Sin embargo, advierte:
·         “El que se apresura a ganar riquezas no permanecerá inocente” (PROVERBIOS 28:20).
·         “Los que están resueltos a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y perjudiciales” (1 TIMOTEO 6:9).
Por eso la Biblia aconseja:
·         “Que su modo de vivir esté exento del amor al dinero” (HEBREOS 13:5).
·         “¡No vivan siempre deseando tener más y más! No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz” (LUCAS 12:15, TLA).
·         “No olviden el hacer bien y el compartir cosas con otros” (HEBREOS 13:16).
¿En qué le benefician?
·         “Hay más felicidad en dar que en recibir” (HECHOS 20:35).
·         “El que es generoso, prospera; el que da, también recibe” (PROVERBIOS 11:25, DHH).

 


MIS PLANES VS EL PROPOSITO DE DIOS

http://www.devocionalescristianos.org Pablo, otro amigo, me dejó este texto que también me hizo reflexionar. Planteamos el nuevo año con ...